Cuando las cosas salen mal no siempre es porque tuvimos algo que ver, a veces hay factores, personas, y situaciones que aun siendo ajenas a nuestro entorno, puede tener un grave efecto en nuestras vidas.
Una queja de un hecho inexistente, una impresión equivocada acerca de una actitud también equivocada, puede llevarnos a veces a la locura, esa en la nos sentimos atados de manos y creemos que lo único que puede salvarnos en ese momento es una piedra enorme sobre nuestras cabezas.
No siempre .. pero a veces somos apuntados como los malvados del cuento, los brujos, o brujas...
la renegona, la rebelde, la insolente, la caradura, la amargada , la enojada, la que no sabe que color de ropa le queda mejor, etc.
tantas etiquetas para una sola persona, de la cual no tenemos la mas remota idea de quien en verdad pueda ser, sin embargo ahí vamos con el puñal listo para estocar la ultima parte humana que le quede después de un día lleno de desgracias.
Es tan fácil , gritar y humillarse, pero pedir perdón sin haber hecho nada es no solo irónico, es estúpido.. y a nadie , creo yo.. que a nadie le gusta sentirse estúpido.
No siempre.. pero a veces necesitamos inyectarnos de una enorme paciencia para poder seguir, sin hacer corajes, la vida es corta aunque no lo parezca, hoy estas arriba y mañana puedes estar tirado en el suelo como esa envoltura de chicle que tiraste ayer.
No siempre .. pero a veces debemos dejar el orgullo de lado y dar paso a dar nuestra cara mas gentil, para ya no causar mas problemas no solo a nosotros sino también a los demás.
